viernes, 14 de marzo de 2008

Desde el pueblo

Bueno, ya estoy aquí en la casa de mi mamá. Me traje en este viaje todo lo que más pude: ropa, zapatos, carteras, televisor, DVD, la comida que había en la nevera y en la alacena, y por supuesto todas las ganas, las esperanzas y los sueños.

Me dio duro salir de Cali. Dejar atrás 10 años de independencia, de logros personales, de vivir mi vida bajo mis propias reglas. Me dio duro dejar a mis amigos, amigos que han estado ahí en las buenas y en las malas; me dio duro saber que ya no voy a estar más en sus parches, ni ellos en los míos. Me siento triste al pensar que estoy volviendo al punto del que partí, diez años atrás, con tan sólo una cama y una maleta. Lloré, lloré mucho al sentir que debía volver al punto cero, con el rabo entre las patas, lloré al pensar que tal vez no fui capaz de hacerme cargo de mi misma, lloré al reflexionar que siempre he estado dependiendo de alguien: mi papá, mi mamá, mi (ex) esposo.. y ahora que debía depender solamente de mi.. no fui capaz.

Hoy recibí varias llamadas de mis amigos diciéndome que me extrañaban.. yo también los extraño a ellos… mucho…..

Pero mis amigas virtuales me subieron el ánimo, y copio textualmente lo que me respondieron a mi pregunta de si volver a la casa después de 10 años lo consideraban un fracaso:

“Anii, yo no creo que sea fracaso, fracaso es si vuelves igual como saliste, y tu vuelves llena de experiencias y cosas nuevas, quieres volver?” Pi

“nooo aniluna eso no es un fracaso, a mi me toco vivir con mi mama y depender casi totalmente de ella este año después de haber vivido sola en Bogotá un muy buen tiempo, y me sentía medio fracasada. Luego ella me hizo entender que solo era una etapa de transición, así que más bien aprovecha el hotel mama y que te consienta! “ Subxime

“No mi Anii... no es un fracaso. Es una circunstancia de la vida... uno nunca sabe las sorpresas que te trae, además es rico también que lo consientan a uno, sentirse acompañada y apoyada por las personas que MAS lo quieren a uno...” VBM

Gracias niñas por levantarme el ánimo, por abrirme los ojos y hacerme sentir que esto es sólo un revés que lo puede tener cualquier persona en la vida. Que no debo dejarme derrotar, que es sólo una etapa más en mi vida que debo asumir con gallardía y la frente en alto.

Ahora, ya tengo un plan de acción para encontrar trabajo aquí en Popayán: Primero debo hacer lobby con todas las personas que me encuentre en esta semana santa, que la verdad, espero que sean bastantes. No me gusta mucho pedirle cosas a los demás, soy un poco autosuficiente (bueno, algo más que poco) pero me tocará dejar la pena a un lado y empezar a pedir ayuda a ciertas personas que me puedan colaborar. Pedir ayuda…. Que prueba difícil para mí, tal vez esa es la lección de esta etapa.

La segunda parte del plan viene en la semana siguiente a Semana Santa, debo realizar visitas a las personas contactadas anteriormente, con hoja de vida en mano, para ver que puedo lograr. Por ahora tengo 5 posibles víctimas (je je) de contacto. Esperemos que resulte algo de ahí. Me toca recurrir a la famosa política que tanto aborrezco.

Me motiva mucho el hecho que tengo a mi lado a Juan, una persona demasiado valiosa que ha tratado de hacerme todo esto más llevadero, fue la primera persona que me dijo “Bienvenida”, “vas a ver que todo va a ser para mejorar”. Y yo, le creo, le creo cada cosa que me dice. Quiero creerle que todo esto va a terminar de la mejor forma posible, quiero creerle que tal vez la vida me trajo otra vez aquí para un nuevo comienzo, quiero creerle que tal vez ese nuevo comienzo sea a su lado. Y a propósito de esto, me encanta la relación que llevo con él.

Siento por él muchas cosas que pensé que había perdido en algún momento de mi vida. Lo pienso todo el día, no en una forma absorbente, sólo queriendo saber si está bien. Al verlo, siento corrientazos en la mitad del estómago: creo que las mariposas de mi panza sienten mariposas.

Me gustan mucho sus besos, sus caricias, sus cariños, sus mimos. Es un hombre caballeroso, educado, cariñoso, apasionado, amoroso y sobre todo muy divertido. Tengo un poco de miedo porque mi última relación no terminó bien, todos lo sabemos, y no quiero pasar por ese dolor de nuevo, pero al mismo tiempo no quiero perderme un solo instante de esta sensación tan maravillosa, de esta ilusión que no pensé volver a vivir y menos en tan corto tiempo. También me da miedo cometer los errores que cometí en la relación anterior a la última. Yo fui una novia loca, celosa, aburridora, intensa y no quiero volver a ser así. Debo cuidar mucho mis comportamientos y sentimientos para no caer en esos errores que me aterran.

Bueno, para adelante… que carajos, a enfrentar lo que la vida traiga… ya se que los problemas son cobardes y se vienen en manada… les da miedo llegar solitos, pero a mí no me puede dar miedo… a ver! Cuantos son?

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