lunes, 12 de mayo de 2008

Dr. Jekyll y Mr. Hyde

Hoy quiero hablar de ese demonio que todos llevamos dentro, esa otra personalidad que sale a flote por distintas razones y que no tiene nada que ver con lo que en realidad somos o lo que queremos para nuestras vidas.

El caso mas reciente es el de mi amiga L con la que estuve este fin de semana. Tan pronto se toma dos tragos mas de los permitidos sale a flote una personalidad tan bizarra! Ella se transforma en una bomba sexy (diría mas bien otra palabra menos elegante), prende la lorita y no se calla ni por un solo instante, además cree que todo el mundo debe estar centrado en lo que ella hace o dice. Yo la verdad estaba desesperada, mamada de verla contonearse de un lado para otro como si fuera una viuda negra acechando su nueva presa, mamada de escucharla hablar del mismo tema durante 40 minutos seguidos, mamada de escuchar que todos los hombres eran la peor porquería de este mundo y que para estar con ella, que según su punto de vista es la mujer mas hermosa y sexy del universo, tienen que trapear el piso con la lengua. Al terminar todo este show, resulta que la niña no se acuerda de nada... que memoria selectiva tan conveniente! Ella puede ofender a todo el mundo y al otro día ni siquiera ofrece una disculpa pues no sabe que hizo.

El ex llama a este demonio, el hombre lobo. Esa parte de su personalidad que ha tratado de esconder, de matar, de sepultar pero que después de muchos años volvió a hacer su aparición triunfal en la escena que describí en la entrada anterior.

Obviamente yo no podía quedarme atrás... mi Mr Hyde se manifestó 2 veces en las últimas semanas. Protagonicé dos shows dignos de Oscar, Emmy o cualquiera de esos premios similares. No estoy para nada orgullosa de eso, de hecho, hace muchísimo tiempo no hacía un show por nada... pero analizando el asunto, creo que esta parte mas oscura hace su aparición justo en el momento en el que no me siento segura con la relación que tengo. La incertidumbre es algo que no me gusta y no me hace bien.

Igual, hay shows de shows. En todos el común denominador es el rídiculo que haces, pero la gravedad del asunto está dada en la cantidad de personas implicadas y el daño realizado. En la parte baja de la escala está el show a solas, o en el cual los protagonistas son sólo dos: el que hace el show y el que lo ve hacer. Mientrás más público haya, el show estará mas arriba en la escala de gravedad. Pero el peor de todos es aquel en el que la persona mas herida eres tu mismo.

Es por esto que, amiga L, te recomendaría que buscaras una persona que te ayude a sacar eso que está tan adentro y que te hace tanto daño. Buscaré el lugar y el momento para decirte esto frente a frente.

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