Shakira

Una amiga recogió una gata de la calle. La gata era ciega. Y sorda. Y al parecer también muda, por eso le puso Shakira. Y hasta hoy me siento asi, como Shakira, ciega, bruta y sordomuda.

Tengo el corazón adolorido, porque he sido tan ciega como para no notar las señales obvias, tan sorda como para no escuchar ninguno de los comentarios que me hacían y bruta porque me las ingenié para solo pensar con el corazón.

Pero no mas, a partir de hoy he decidido abrir mis sentidos y replantear las situaciones en las que me he estado metiendo, que como dirían las abuelitas, es en la boca del lobo.

Hoy abro mi mente para darme cuenta que él no me quiere, o al menos no en la manera que yo quisiera. Y no estoy pidiendo nada de otro mundo, simplemente alguien que sea capaz de comprometerse con la situación, alguien que no tema decir que está enamorado, alguien que no esconda sus sentimientos detrás de una armadura de egocentrismo y orgullo.

Yo he sido sincera, he mostrado mis sentimientos y no me arrepiento, he dicho lo que me sale del alma, como me sale, las veces que sea. Como dice la canción de John Mayer: "Its better to say to much than never to say what you need to say". Pero estoy cansada, estoy cansada de ser la que demuestra, estoy cansada de buscar, estoy cansada de esperar, estoy cansada de creer en una realidad alterna que solo existe para mi.

No se como hacer esto, no se como dejarlo y no demostrar mas lo que siento. Cada vez que veo a ese hombre, algo en mi interior se derrite. No es algo físico, es una conexión mas fuerte, mas adentro, pero en este momento creo que yo soy la única que la siente y así no debe ser.

Espero que algún dia se de cuenta que el sentimiento que le ofrecí fue lo mas sincero que alguien le ha podido entregar, y que en un año, cuando según él, rindan frutos todos los esfuerzos que en este momento está concentrando y sea millonario, se encuentre con alguien con quien compartir todo lo que haya conseguido.

Yo por ahora recogeré los pedacitos de mi corazón, que se han vuelto a regar por todo el cuarto, los pegaré con superbonder y trataré de guardarlos muy adentro para que nadie, en mucho tiempo, lo vuelva a encontrar y a tratar a su antojo.